El tráfico por obras en la zona metropolitana de Monterrey ha causado estragos entre miles de conductores, y esta vez no solo afectó a la ciudadanía: el propio Gobernador de Nuevo León, Samuel García, se vio atrapado en el caos vial que su administración ha generado por los cierres viales relacionados con las líneas 4 y 6 del Metro. El hecho ocurrió este miércoles por la mañana en el Bulevar Miguel de la Madrid, en el municipio de Guadalupe, donde el Mandatario perdió la paciencia y protagonizó un altercado que obligó a detener las obras temporalmente.
El Gobernador regresaba de un evento en Juárez cuando su convoy quedó atrapado en medio del congestionamiento generado por los trabajos en curso. La escena escaló rápidamente: Samuel García bajó molesto de su vehículo oficial, retiró las barreras viales con sus propias manos y ordenó a trabajadores y agentes de Tránsito liberar el paso. Según testigos y empleados de la obra, el funcionario no solo exigió que despejaran el carril, sino que también insultó a algunos trabajadores y pidió el retiro inmediato de los tránsitos municipales.

Tráfico por obras del metro molestan hasta a Samuel García
El caos vehicular en el área metropolitana de Monterrey ha alcanzado niveles críticos, y el tráfico por obras ha sido el principal factor en este deterioro. La Avenida Constitución, una de las arterias más importantes de la ciudad, se encuentra parcialmente cerrada desde hace semanas debido a la construcción simultánea de dos líneas del Metro, lo que ha obligado a miles de automovilistas a buscar rutas alternas.
Una de esas rutas es el Bulevar Miguel de la Madrid, que recientemente también comenzó a sufrir afectaciones por nuevas adecuaciones viales, incluyendo la habilitación de un carril de contraflujo hacia Morones Prieto. Este proyecto, anunciado con poca antelación, provocó una nueva ola de congestión que terminó afectando incluso al propio Gobernador.
En lugar de ofrecer soluciones, la reacción de Samuel García fue confrontativa y caótica, generando críticas entre los trabajadores de la obra, empleados municipales y ciudadanos que atestiguaron la escena o sufrieron los retrasos posteriores. La improvisación con la que se están gestionando los trabajos evidencia una falta de planeación y coordinación por parte del Gobierno estatal.
Reacción del Gobernador causa suspensión de obras
El incidente protagonizado por el Gobernador no solo fue anecdótico: tuvo consecuencias operativas inmediatas. Tras el altercado, los agentes de Tránsito abandonaron el lugar por órdenes del propio Samuel, y la maquinaria fue retirada a un costado del bulevar, lo que provocó la suspensión temporal de las obras.
Según una fuente municipal, los trabajos fueron interrumpidos por más de dos horas. Fue hasta las 12:40 del mediodía que los agentes regresaron a la zona para reanudar las labores de adecuación. Durante ese lapso, el flujo vehicular quedó en total descontrol, sin señalización adecuada ni personal vial que dirigiera el paso de vehículos, exponiendo a los conductores a riesgos innecesarios.
La situación también exhibió una invasión de facultades por parte del Ejecutivo estatal, pues fue el propio Municipio de Guadalupe quien había iniciado las labores viales, y no se notificó formalmente la intervención del Gobernador ni su equipo en la zona. La reacción desmedida de Samuel dejó en evidencia una administración que responde con impulsos, pero sin soluciones estructuradas para el creciente problema de movilidad.
Mucho tráfico por obras, pero sin resultados
Mientras el gobierno estatal insiste en vender la narrativa de progreso con la construcción del Metro, la realidad es que el tráfico por obras ha empeorado significativamente la calidad de vida de quienes viven y trabajan en el área metropolitana de Monterrey. La falta de alternativas viales, la descoordinación entre municipios y el desdén hacia la planeación han generado un entorno de caos permanente.
El caso del Gobernador bajando personalmente de su camioneta para mover barreras es solo un reflejo simbólico de lo que ocurre a diario en la ciudad: autoridades rebasadas por su propia obra pública. Las decisiones unilaterales, sin diálogo con municipios ni estudios viales sólidos, han provocado embotellamientos que pueden tardar hasta dos horas en ser despejados.
Los ciudadanos no solo enfrentan estos problemas entre semana, sino que la falta de información clara sobre las rutas alternas o el calendario real de avance de las obras genera más incertidumbre. En lugar de empatía, el Gobierno estatal ha optado por discursos optimistas mientras las calles se colapsan.
Si te interesa conocer más sobre el tema del tráfico en Nuevo León por obras del metro consulta este artículo: Arma berrinche tras caer en caos… que genera Metro