El deporte mexicano está de luto. Ángel Macías, figura histórica del beisbol nacional, falleció este domingo a los 80 años. Su nombre quedó grabado para siempre en la memoria colectiva gracias a una hazaña que ningún otro niño en el mundo ha repetido: lanzar un juego perfecto en una final de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas.
En 1957, con apenas 12 años, Ángel Macías se convirtió en un ícono deportivo al dominar por completo al equipo de la Liga Norte de Mesa, California, dándole el campeonato a la Liga Industrial de Monterrey con marcador de 4-0 en Williamsport, Pensilvania. No solo fue el primer equipo internacional en ganar ese torneo, sino que su victoria vino acompañada del único juego perfecto registrado en una final de ese certamen.
La proeza de Ángel Macías trascendió generaciones. Su gesta no solo se celebró en su momento, sino que se convirtió en una referencia permanente del potencial del deporte infantil en México. A pesar de haber sido un niño, demostró temple, precisión y madurez sobre el montículo, cualidades que muchos profesionales envidiarían.

Ángel Macías hizo historia en Williamsport
El 23 de agosto de 1957, la atención del mundo beisbolero se centró en un pequeño diamante de Pensilvania. Allí, un joven lanzador mexicano llamado Ángel Macías escribió una de las páginas más gloriosas del deporte nacional. En la final de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas, enfrentando al equipo estadounidense de Mesa, Arizona, Macías lanzó un juego perfecto: no permitió hits, carreras ni errores.
Fueron 18 outs impecables, con una serenidad que sorprendió a los propios organizadores del torneo. Cada lanzamiento fue preciso, cada jugada defensiva ejecutada con firmeza. México venció 4-0 a los locales y Ángel Macías se convirtió en leyenda instantánea.
La victoria no solo marcó un antes y un después para la Liga Industrial de Monterrey, sino para el beisbol infantil a nivel global. Era la primera vez que un equipo no estadounidense se coronaba campeón. Y lo hizo de la mano de un chico que parecía estar destinado a cambiar la historia del deporte nacional.
Esa hazaña no ha sido repetida. Hasta hoy, el juego perfecto de Macías sigue siendo único en finales de Ligas Pequeñas. Un récord que ha perdurado más de seis décadas y que sigue emocionando a quienes conocen el beisbol desde sus raíces.
Reacciones tras su fallecimiento
El fallecimiento de Ángel Macías generó una ola de mensajes de cariño y respeto. La Liga Pequeña de México fue una de las primeras instituciones en pronunciarse, compartiendo un mensaje de condolencias que resaltaba el impacto del exlanzador en la historia del beisbol.
“Lamentamos profundamente el sensible fallecimiento de Ángel Macías Barba, leyenda del beisbol mexicano y héroe en la Serie Mundial en Williamsport, PA, en 1957. Su legado vivirá por siempre en la historia del deporte y en el corazón de todos los que admiramos su grandeza dentro y fuera del diamante”, escribió la organización.
Otros mensajes similares llegaron por parte de exjugadores, cronistas deportivos, aficionados y medios de comunicación. La figura de Macías nunca perdió vigencia, y su legado traspasó generaciones. Fue un símbolo de disciplina, humildad y pasión por el deporte.
Además de su hazaña juvenil, muchas personas lo recuerdan por su cercanía con las nuevas generaciones. Siempre estuvo dispuesto a compartir su experiencia con niños y jóvenes, especialmente en Monterrey, donde residió hasta el final de su vida.
EL ÁNGEL DEL BEISBOL
— Miguel A. González (@mikepelotero82) July 28, 2025
Esta imagen de Ángel Macías en hombros tras su hazaña del Juego Perfecto en una Final de Serie Mundial de Ligas Pequeñas, en Williamsport, se quedará grabada para siempre.
Buen viaje.
QEPD 🙏🏽 pic.twitter.com/tDhUx9SEXE
Trayectoria profesional de Ángel Macías
Aunque su gloria vino desde temprana edad como pitcher, Ángel Macías tuvo una destacada carrera en el beisbol profesional mexicano desempeñándose como jardinero.
Formó parte de dos de las principales ligas del país. En la Liga Mexicana de Beisbol, jugó para los Broncos de Reynosa y los Sultanes de Monterrey, dos equipos representativos del norte del país. En la Liga Mexicana del Pacífico, defendió los colores de los Tomateros de Culiacán y los Naranjeros de Hermosillo.
Su paso por el profesionalismo no fue tan mediático como su juventud, pero fue constante y sólido. En todos los equipos donde jugó, dejó una huella de compromiso y entrega. Sus compañeros lo describían como un jugador meticuloso, respetuoso y con una gran ética deportiva.
Además de su tiempo como jugador activo, también estuvo involucrado en programas de desarrollo para niños, buscando que su experiencia sirviera de ejemplo para las nuevas generaciones de beisbolistas mexicanos.
Ángel Macías vivió alejado del foco mediático
En sus últimos años, Ángel Macías vivió de forma más discreta en Monterrey, ciudad donde permaneció gran parte de su vida adulta. Durante este tiempo, luchó contra el Alzheimer, enfermedad que poco a poco fue apagando su vitalidad, pero no su esencia.
A pesar de sus problemas de salud, continuó siendo una figura presente en la memoria colectiva de Monterrey y del país. Participó en eventos conmemorativos, fue homenajeado por distintas instituciones deportivas y su historia siguió siendo contada a través de documentales, libros y programas especiales.
Muchos consideran que su figura debería recibir aún más reconocimiento. A pesar de haber sido protagonista de uno de los hitos más grandes del deporte nacional, Ángel Macías nunca recibió un homenaje a nivel federal que hiciera justicia a su legado.
Array