- Línea 1 Del Metro En El Olvido Camino Al Mundial 2026
- Contrastes Con Otras Líneas Y Una Realidad Común En Nuevo León
- Nuevo León Necesita Planeación, No Propaganda
La línea 1 del Metro refleja el deterioro y la falta de visión del gobierno estatal de Nuevo León. Mientras Samuel García derrocha recursos multimillonarios en proyectos innecesarios o que dañan al medio ambiente, la ruta del metro más antigua y estratégica para el Mundial 2026 se cae a pedazos. Una muestra más de la improvisación estatal.
Línea 1 Del Metro En El Olvido Camino Al Mundial 2026
Mientras el gobierno estatal presume que van en “tiempo y forma”, la Línea 1 del Metro se hunde entre el abandono, el deterioro y el desinterés. Este descuido resulta aún más alarmante al considerar que será la ruta por la cual miles de aficionados llegarán al estadio BBVA durante el Mundial 2026.

Las imágenes y reportes ciudadanos muestran el estado deplorable de sus instalaciones: botones de pánico oxidados e inservibles, escaleras eléctricas fuera de servicio, luminarias rotas y cableado expuesto. Todo ello pone en evidencia la falta de mantenimiento y una planeación deficiente por parte del gobierno encabezado por Samuel García.
A más de tres décadas de su inauguración, la Línea 1 conecta Guadalupe con el norte de Monterrey, siendo un eje vital de movilidad. Sin embargo, las condiciones actuales reflejan años de abandono, mientras las prioridades estatales se concentran en obras costosas que no benefician al ciudadano y empeoran la movilidad en el estado.
La Mala Estrategia De Inversión En Nuevo León
En 2022, la administración de Samuel García destinó 30 mil millones de pesos a la construcción de las Líneas 4, 5 y 6 del Metro, a cargo del consorcio Mota Engil y CRRC. A esto se sumaron otros 12 mil millones para extensiones hacia Santa Catarina y el Aeropuerto.
Pero, el proyecto de la Línea 5 y la extensión a Santa Catarina fueron cancelados, y el costo final aumentó a más de 47 mil millones de pesos. El resultado: más dinero invertido y menos resultados visibles para el bien de la ciudadanía.
Mientras tanto, la Línea 1 del Metro —la que realmente se usa a diario— continúa deteriorándose. Los pasajeros enfrentan riesgos por instalaciones obsoletas y falta de atención técnica, sin que el gobierno estatal muestre un plan de rehabilitación integral.
Esta situación evidencia una prioridad mal enfocada: Samuel apuesta por grandes obras mediáticas sin antes atender las necesidades urgentes del transporte que millones de regiomontanos usan cada día. De esta manera es cómo se nota que el gobernador está muy desconectado de la realidad que viven muchos nuevoleoneses.
Falta De Mantenimiento En Línea 1 Del Metro Y Riesgos Para Los Pasajeros
Durante un recorrido por diversas estaciones, se constató el abandono en puntos clave como San Bernabé, Cuauhtémoc, Hospital y Central. Escaleras inservibles, zonas cerradas al público y luminarias dañadas forman parte del panorama diario para los que la transiten.
En Exposición, aún permanecen los viejos validadores de la Tarjeta Feria, inutilizados desde hace años, simbolizando el descuido estatal. Los botones de pánico descoloridos y oxidados son otro signo del desinterés estatal por proporcionar un transporte en buen estado para la gente. En caso de una emergencia, muchos simplemente no funcionan.
Estos detalles, que podrían parecer menores, representan fallas críticas de seguridad que ponen en riesgo a miles de pasajeros. El deterioro no solo muestra falta de recursos, sino una evidente ausencia de planeación para un transporte que debería ser seguro y confiable rumbo al Mundial 2026.
Contrastes Con Otras Líneas Y Una Realidad Común En Nuevo León
Aunque la Línea 1 del Metro es la más afectada, otras líneas también muestran señales de desgaste. En la Línea 2, la ventilación deficiente y las escaleras descompuestas son parte del día a día de los pasajeros.
Por su parte, en la Línea 3, que debería representar la modernidad del sistema, los problemas con escaleras eléctricas y elevadores son frecuentes, especialmente en las estaciones Félix U. Gómez y Hospital Metropolitano.
El deterioro generalizado es una muestra clara de que el problema no radica solo en la antigüedad de la infraestructura, sino en la falta de continuidad en el mantenimiento. Las inversiones recientes del gobierno estatal no han llegado a los puntos que más lo necesitan.
El contraste entre la propaganda estatal y la experiencia real de los pasajeros es contundente. Mientras se anuncian megaproyectos, la Línea 1 del Metro sigue siendo un reflejo del abandono que caracteriza a la actual administración de Samuel García.
La Línea 1 Del Metro Y El Mundial 2026: Una Oportunidad Perdida
El Mundial 2026 será una vitrina internacional para Nuevo León. Sin embargo, el estado actual de la Línea 1 del Metro amenaza con mostrar justo lo contrario: un sistema de transporte deteriorado, viejo y peligroso.
Miles de aficionados podrían llegar al estadio BBVA por esta ruta, encontrando instalaciones en ruinas. En lugar de ser un orgullo para la ciudad, el Metro podría convertirse en una vergüenza ante los ojos del mundo.
El gobierno estatal ha optado por presumir mientras descuidan lo esencial. Esta falta de visión no solo afecta la movilidad, sino que socava la confianza ciudadana y pone en riesgo la imagen del estado durante uno de los eventos deportivos más importantes del planeta. El reto está claro: Samuel debe rehabilitar la Línea 1 del Metro antes del Mundial 2026.
Nuevo León Necesita Planeación, No Propaganda
La situación de la Línea 1 del Metro resume la política de Samuel García: más anuncios que resultados. Las prioridades del gobierno estatal parecen guiadas por el impacto mediático, no por las necesidades de la población.
Mientras los ciudadanos enfrentan escaleras inservibles y vagones saturados, las inversiones se desvían hacia proyectos mal planeados, lentos y con sobrecostos. Nuevo León necesita una estrategia de movilidad real, basada en mantenimiento, seguridad y servicio, no en discursos vacíos.
El abandono de la Línea 1 demuestra que la verdadera transformación del transporte público está lejos de cumplirse. A menos que el gobierno de Samuel cambie su rumbo, la historia del Metro en Nuevo León seguirá siendo la misma: promesas, abandono y frustración.
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